NIÑOS CANTORES DEL MOMBOY: Vida fecunda que se ha sostenido en el tiempo


  Los Niños Cantores del Valle de Momboy fue un éxito desde el comienzo. Bajo la disciplinada autoridad del profesor mexicano Alberto Alvarado se convirtió en orgullo de la comunidad, que con su éxito se veía representada la trujillanidad. Cumplen cumple 39 años

Los Niños Cantores es trozo gigante del gentilicio trujillano

ELVINS HUMBERTO GONZÁLEZ
elvins@hotmail.com

Desde la primogénita idea del Dr. Miguel Ángel Burelli Rivas, han pasado 39 años ofreciendo miles de conciertos desde sus inicios bajo la batuta del profesor Alvarado Sandoval y de su coordinadora-fundadora, Elsa Rosales de Cabrita, quien fue la persona que los catapultó y logró estabilizar el proyecto que le brindó a La Puerta protagonismo a nivel internacional.
La Escuela logró contar con excelentes profesores venezolanos, italianos, norteamericanos y mexicanos, entre ellos nació la idea de la Coral, esa que hoy cumple 39 años.
En 1977 a dos años del fallecimiento de, Antonio Ramón Simancas, un excelente y  útil vecino de La Puerta. Con él había florecido grandemente el pueblo, pues era noble caja de resonancia para las ideas e iniciativas a favor de la comunidad y todo el poblado. Y, más que caja de resonancia, era capitán, coordinador, obrero e intérprete jubiloso de cualquier proyecto de bien común.
No obstante ese vacío, que dejó prácticamente viuda o huérfana a La Puerta, produjo a crear, sin semejante corresponsable extraordinario, una modesta escuela de música para ofrecer a los niños y a los jóvenes de esa comunidad una alternativa de profesión y de vida, en mi concepto superior para el caso a la universidad, pues sin exigir costosos estudios previos y sin alejar del medio natural a los interesados, les permitiría dominar un instrumento musical culto y trabajar con el mismo en cualquier parte del mundo.
Es así como se logra juntar a un grupo de ciudadanos preocupados -Miguel Burelli Rivas, Guillermo Cámara, Carlos Jaeger, entre otros- y se les anuncia el propósito, para el cual pedían tan sólo el respaldo y el entusiasmo que de inmediato prometieron.

Comienzo del proyecto
  • Para iniciar el proyecto alquilaron un pequeño local, contrataron a la profesora Beatriz Lozada Febres; el Dr. Miguel Burelli Rivas dona el primer piano y solicitan a la profesora Ana Mercedes de Rugeles para que orientara los esfuerzos ya comenzados; y así arrancaron. La señora Sofía de Frías hacía de conserje de la peregrina institución naciente.
Desde su creación recibieron el apoyo del maestro José Antonio Abreu. 
La Puerta y el estado Trujillo fueron los pioneros.

Poco después invitaron al profesor José Antonio Abreu para que diera una mano, y manifestó la voluntad de transformar el proyecto en un núcleo de las escuelas de música previstas para todo el país, de la cual Trujillo fue pionera.
La gobernadora del Estado, Dora Maldonado, y su directora de Cultura, Marlene Briceño adquirieron el excelente inmueble que las Hermanas de San José habían destinado, el cual era el Colegio de Niñas, lamentablemente clausurado, y así creció de pronto el núcleo con su escuela de música, llamado Adela de Burelli.
No puede quedar completa la historia sin destacar aquí la asistencia de la profesora Rugeles; del primer director del Núcleo, el profesor Sorrentino y recordar que la parte administrativa se puso en las mejores manos posible por parte de la profesora Elsa Rosales de Cabrita, quien se convirtió en la gran matrona de esta grandiosa obra que desde el 15 de marzo de 1981 comenzó a llamarse Niños Cantores del Valle del Momboy; ella con su fervor y ternura en el trato a los alumnos logró el equilibrio entre el muro de cemento que era la institución y la parte humana que protagonizaban los niños y niñas.

Semillero de exquisitos frutos
  • La escuela logró contar con excelentes profesores venezolanos, italianos, norteamericanos y mexicanos, entre ellos nació la idea de la coral, esa que hoy cumple 39 años, puesto que se creó como derivación de la escuela como expresión del núcleo.
  • El Coro, bautizado como “Los Niños Cantores del Valle de Momboy” fue un éxito desde el comienzo. Bajo la disciplinada autoridad del profesor mexicano Alberto Alvarado se convirtió en orgullo de la comunidad, que en esos triunfos veía representada la trujillanidad. La Coral con lo vibrante de sus voces inocentes se convirtió en un emblema tanto a nivel nacional como fuera del país. Por cierto que el nombre fue sugerido por la entonces gobernadora de Trujillo, Dora Maldonado, según nos lo certifica a Marlen3 Briceño, Director de Cultura de Estado para ese entonces.
Los más grandes recintos dentro y fuera del país han conocido 
el derroche de talento de esta obra maravillosa y amorosa.

Autoridad y sobriedad
El maestro Alvarado le imprimió autoridad y sobriedad, veló celosamente por cada uno de los alumnos, en ese ejercicio inagotable de ordenar y dirigir coros, cuyos componentes desertaran cuando llegara la adolescencia de cada uno y modificara el registro de la voz.
El ejercicio de disciplina y paciencia es ese el de edificar a través de la música instrumental y vocal, pues sin ello no es posible que pudieran dar saltos, improvisar e interpretar, ya que la partitura y la pauta, eran los componentes de la música verdadera.

Fortaleza y autenticidad

Su canto, pues, eleva a quien lo practica sobre lo común. El individuo que canta parece que se distingue y se transforma. Sería por ello que San Agustín afirmaba que “cantar es rezar dos veces”.
Al evocar esta celebración de los calificados representantes de La Puerta y de Mendoza en estos 39 años del coro u orfeón de los Niños Cantores del Valle del Momboy, fuese bueno no olvidarse de nadie, de quienes poco o mucho lograron cristalizar la idea, darle forma y luego sostenerla en el tiempo. Quien con cariño, a veces no suficientemente valorado, ha traído, como por el cauce armonioso del Momboy, este coro para seguir vivo y presente buscando siempre la superación.

La idea de la Escuela fue del Dr. Miguel Burelli,
 quien donó la casa para su instalación.

El coro es una fortaleza de la autenticidad de La Puerta. En él conviven, una tras otra, las promociones de niños que aprenden no sólo a cantar en grupo, sino a ser amigos entre sí y dolientes del mismo entorno.
A medida que se siga fortaleciendo el coro y mejorando la escuela de música, ensancharemos el refugio natural del espíritu comunitario. Que siga creciendo y mejorando el coro de los Niños Cantores del Valle del Momboy por cuyas voces cantan a dúo La Puerta y Mendoza.

De interés
  • En sus primeros cinco años esta coral tan sólo contaba con un integrante que no era de La Puerta, fue Joffre Bohórquez, un talentoso que en los años 80 se convirtió en un excelente cantante.
  • Bajo la paciente disciplina y autoridad del profesor mexicano Alberto Alvarado, se convirtió en orgullo y adorno de la comunidad.

Grandes voces y talentos han salido de esta maravillosa obra

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