Mons. Vicente Hernández Peña: Ser de alma bondadosa
AUSENCIA. El 25 de marzo de
2018 entregó su alma al todopoderoso, pero antes de irse, había cumplido con su misión para lo cual fue
enviado. Monseñor Vicente Ramón, figura bondadosa, impregnado de la humildad y
del espíritu de servicio
Lo suyo siempre fue lo teológico en todas las acepciones, sirviéndolo a tiempo completo |
Elvins Humberto González
Monseñor Vicente Ramón
Hernández Peña, Obispo Emérito de Trujillo fue un amado párroco de la iglesia.
Su pueblo se sentía en confianza llamándolo simplemente Monseñor o padre
Vicente Ramón como siempre lo hizo, tratamiento y condiciones de hombre nacido y formado para la humildad
pastoral.
Para hacerse de él una
impresión y una opinión no se requiere otro recurso que, sencillamente, verlo
actuar en todos y cada uno de los rasgos de su personalidad los cuales por
transparentes surgen a la primera observación. En efecto, se trató de un hombre
espontáneo, auténtico, refractario al brillo aparente de los convencionalismos
atávicos o de ocasión. Lo suyo siempre fue lo teológico en todas las
acepciones, sirviéndolo a tiempo completo en forma tenaz y callada, siendo
precisamente esta última peculiaridad la que hace más admirable la labor de su
obra pastoral.
Aunque no era tímido, pero
sí reservado y discreto sin llegar a ser huraño e inaccesible, amable,
condescendiente e ingenuo, sin abandonar la firmeza de su carácter y
convicciones de educador, sobrio y perseverante; en fin, hombre definitivamente
humilde en cuya contextura humana tomaron personificación la caridad cristiana
y la hombría de bien.
Podría incluso
conjeturarse de él que su realización social sólo era posible darse a plenitud
si ello ocurría como afortunadamente ocurrió dentro de la institución del
sacerdocio, desde el propio seno de la iglesia como pastor de almas. Es
Monseñor Hernández Peña en síntesis, padre por vocación.
De los tiempos de su
infancia y adolescencia poco se conoció. En lo que sí estamos claros es que su
trujillanidad fue citadina.
Hoja de vida pulcra
El 2 de Febrero de 1976, el Santo Padre Paulo VI lo nombra Coadjutor de Trujillo, con derecho a sucesión |
Nació en Boconó, el 19 de julio de 1935, hace 83 años. Estudió la primaria en esa ciudad.
Cuando contaba con14 años,
el presbítero Nicolás Espinoza lo llevó al Seminario de la Arquidiócesis de Caracas,
donde hizo su bachillerato y la Filosofía.
El Arzobispo Rafael Arias
Blanco, lo envió a hacer Teología en Bélgica, estudio que terminó en Roma, en
la Pontificia Universidad Gregoriana.
El 2 de Octubre de 1960,
recibió la ordenación Sacerdotal de manos del Cardenal Suenens, Arzobispo de
Bruselas (Bélgica), y dijo su primera misa en Boconó en 1961.
Se desempeñó en Caracas
como Vicario y Asistente en la Ciudad de los Muchachos, como Capellán de la
Escuela de Inspectores de Tránsito. Fue profesor y rector desde 1971 a 1974,
del Seminario San José para Vocaciones de Adultos. También fue por un año
párroco de Petare.
1974, consagrado Obispo
- El 25 de julio de 1974 fue consagrado Obispo, en la Catedral de Caracas, por el Eminentísimo José Humberto Cardenal Quintero, Arzobispo de Caracas, para desempeñarse como Auxiliar de la Arquidiócesis.
- El 2 de Febrero de 1976, el Santo Padre Paulo VI lo nombra Coadjutor de Trujillo, con derecho a sucesión.
- El 14 de marzo de 1976, llegó a Trujillo como Coadjutor de Monseñor José León Rojas, y como titular de Sulleto.
- En su misión de ayudar al Excelentísimo Sr. Obispo Diocesano promovió para el Clero y las Religiosas, también para apóstoles seglares, un curso de planificación pastoral con el padre Laslow; las conclusiones de aquella convivencia han servido a lo largo de los años para los temarios de las conferencias del Clero y para las actividades pastorales.
- Para esa época ya había visitado toda la Diócesis en la realización de visitas pastorales y recorrió los campos más apartados de la Diócesis.
- En la Conferencia Episcopal Venezolana logró desempeñar la presidencia de la Comisión de Liturgia y fue delegado de la Conferencia ante el Celem. Fue delegado de los obispos venezolanos ante la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Puebla, que emitió el famoso “Documento de Puebla”.
- En 1982, a raíz de la muerte del excelentísimo y reverendísimo señor Dr. José León Rojas, Obispo Diocesano, pasa a ser Obispo de Trujillo, a gobernar y regir los destinos espirituales de esta Diócesis, que hasta ese momento sólo había tenido dos grandes prelados en su solio episcopal: el Obispo Camargo y el muy ilustre Obispo León Rojas.
Figura bondadosa
En la gráfica de 2010 se
le ve junto al Nuncio Apostólico Pietro Parolin en la ciudad de Boconó
|
Monseñor Hernández Peña se
mantuvo como Obispo titular de la Diócesis de Trujillo durante 30 años, entre
1982 y 2012 cuando a la edad de 75 años renuncia y se convierte en Obispo
Emérito de Trujillo.
El 9 de junio de 2012
entrega el cargo episcopal y es sucedido por el actual Obispo, Monseñor Cástor
Oswaldo Azuaje Pérez. Sin duda alguna Monseñor Vicente Ramón fue una figura
bondadosa, impregnado de la humildad y del espíritu de servicio hechos
sacerdotes en los alcances justos de las enseñanzas bíblicas.
Su
última aparición pública fue en 2015 con motivo del homenaje que la Iglesia trujillana le ofreció |
Es por todo lo dicho y por
lo mucho que pudiera aún decirse en torno a su personalidad, que con orgullo y
satisfacción íntima dedicamos a nuestro distinguido Obispo Vicente Ramón
Hernández Peña como modesto homenaje lleno de aplausos. ¡Gracias Monseñor!… mil
gratitudes por todo su aporte.
DE INTERÉS
En el año 2015 la Alcaldía
de Valera le rindió un grandioso homenaje y lo honró con la distinción “Hijo
Ilustre de Trujillo”, en reconocimiento a la extraordinaria labor y obra
realizada a favor de nuestra entidad y de la iglesia.
El Clero de Trujillo perdía hace dos años a un gran baluarte pastoral |
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