Guillermo Montilla: baluarte de la dignidad

Guillermo Montilla como dirigente gremial lideró junto con otras individualidades luchas esenciales para la entidad. Guillermo Montilla, fue grande en su contextura, pero un  gigante como su persona. En el entorno familiar sembró semillas que edificaron frutos enormes. Artífice de lo que ha sido Diario de Los Andes.


Elvins Humberto González

Para quienes no le conocieron, Guillermo Montilla está inserto en la historia del periodismo venezolano, sin duda alguna, como un baluarte de las luchas gremiales que se libraron en las duras décadas de los 60, 70, 80, para dignificar esta profesión.
Nativo de Motatán, Montilla hizo del periodismo un oficio de la decencia, del compromiso férreo con la comunidad, de una entrega sin miedo a decir la verdad, de estar siempre al lado de la justicia.
Sus batallas diarias eran para crear asepsia en el sector público y privado; nada le era ajeno en su lucha por un país mejor, donde prevaleciera la sensatez, la honradez, el decoro del funcionario público, de la actuación ciudadana.
También  se vio envuelto en la política. Guillermo Montilla fue llevado por el MEP a una concejalía por Valera, tarea que desempeñó con dignidad, pulcritud absoluta, atento a las aspiraciones colectivas; enfrentó intereses de la mafia del transporte, y estuvo de parte de los sectores populares. Jamás se doblegó ante la triquiñuela politiquera. La decencia fue su norte. Denunció la barbarie urbanística que asoló Valera; fue un tribuno con honor, pese a las agresiones de que fue objeto, no se arredró, siguió adelante con su fervor. Fue un ejemplo de verticalidad como edil.

Del sentir popular
Como secretario general, primero de la aguerrida AVP (Asolación
Venezolana de Periodistas) y luego del CNP, es justo reconocer, que sus batallas dejaron un balance favorable al estado Trujillo.
Según el poeta Ramón Rivas Sáez con quien compartió muchas batallas y horas en la sala de redacción, Guillermo Montilla como dirigente gremial lideró junto con otras individualidades luchas esenciales para la entidad, por ejemplo, el Núcleo Universitario Rafael Rangel, una conquista académica, y la construcción del Puerto de La Ceiba, un logro económico.
“Montilla logró del gremio periodístico que se fusionara estrechamente con las aspiraciones y necesidades trujillanas, como lamentablemente no ha vuelto a ocurrir. Su trabajo gremial trascendía más allá de los linderos propios de la profesión y penetraba el sentir popular, lo que hoy se denomina la responsabilidad social, luchar por el entorno”.

Hombre de luchas

  • Guillermo Montilla, fue director de DLA; en el rotativo alzó las banderas de la dignidad como comunicador social
  • Hizo del periodismo una trinchera para las grandes luchas del pueblo trujillano; un diarismo reivindicativo, para el saneamiento moral y ético. En el DLA estuvo atento en lo más mínimo; su inquietud era que el periódico circulara impecable, una redacción meridiana, sujeta a las normas éticas y, veraz, sobre todas las cosas. Guillermo Montilla fue uno de los artífices de lo que ha sido Diario de Los Andes.
Gran gremialista
En la historia han quedado momentos en los cuales Guillermo Montilla al lado de los históricos Eleazar Díaz Rangel, Pedro Manuel Vásquez, Gilberto Alcalá, Analuisa Llovera, Gustavo Aguirre, Manuel Isidro Molina, Héctor Mujica, Cruz Ramón Galíndez, Guillermo García Ponce, José Lira Sosa, Rafael José Álvarez, Roberto Mujica, Luis González, Rafael Ángel Lujano, entre otros, echaron las bases para la creación  del  Colegio  Nacional de Periodistas.
Fueron largas jornadas ante el extinto Congreso Nacional y otras instancias, para que el CNP surgiera institucionalmente en defensa del gremio periodístico.
Sostiene Rivas Sáez; “Hoy tras varias décadas de aquellas gloriosas confrontaciones, debemos rendir tributo a esas figuras que resultan paradigmáticas en un gremio de un país, cada vez más complejo y exigente. De todas maneras, quienes conocimos y tratamos a Guillermo Montilla, nos enaltece esa presencia en el tiempo que reveló que en Venezuela y en Trujillo hubo dirigentes gremiales que lo entregaron todo por sus ideales orientados siempre por la dignidad. Valores hoy ausentes”.

En lo familiar


Guillermo Montilla, fue grande en su contextura, pero un  gigante como su persona. En el entorno familiar sembró semillas que edificaron frutos enormes que como padre abnegado supo cultivar en pro de su familia, siendo igualmente el mejor de los amigos para el entorno de su hogar al cual se dedicó por completo. Montilla representó a ese ser que siempre tiende su mano solidaria, y como lo dice su hijo Leonardo, fue un  combatiente de recio calibre, constructor y artesano de los sueños posibles
“Desde la intimidad del hogar regó con entusiasmo los prados florecientes del cariño, el respeto y la dignidad, evocando con su conocida vehemencia los más altos valores humanos, herencia que levantamos sus hijos y nietos con sobrado orgullo. Queremos decir en nombre de todos los que sentimos por siempre y para siempre su presencia, que con Guillermo Montilla no se apaga una luz, se enciende una llama, elevada hasta el cielo desde donde nos alumbrará con su altanero ejemplo los caminos a seguir...”



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