Gladys Mota, valerana con fibra de herencia del arte cuica
Gladys Mota fue
una valerana con la fibra de herencia del arte cuica, quien se ligó a los
paisajes, al frescor. Y por esa levedad, ese rumor musical del viento que baja
de las montañas y colinas, sintió la comunicación y la inspiración de hacer
flotar su cuerpo, ahondándose en su intimidad el pensamiento de la danza. Historia de Vida la
recuerda al conmemorarse 40 años de su
fallecimiento.
Elvins Humberto González / elvins5050@gmail.com
La danza y el ballet, maravillas del espíritu que alimentan el espacio de ondinas, transparencias equilibrio, armonías, que en el girar de la mujer, en la rotación de la bailarina, crea figura de ensueños, movimientos poéticos, levitación sobre aguas, cielos y praderas; esos oficios de plastificación de figuras, mensajes, sueños, tras la música y el movimiento, hace muchos años, dejado de ser especias de férreas pertenencias para metrópolis, ciudades, grandes poblaciones, ya que por virtud de nuevos valores tomaron un giro de un abierto y hermoso contenido popular.
Según
las añejas crónicas, el ballet pertenecía antes a un círculo elitismo, a
minorías que se abanicaban de orgullo y vanidad al comentar en provincia la
representación de Cascanueces o El Lago
de los Cisnes. Igual suerte corría la danza, siempre la danza para los
privilegiados de cierta cultura.
Pero
con el tiempo todo cambio. Estas manifestaciones artísticas lograron penetrar
al alma popular, a todos los estratos sociales, a todas las esferas y
círculos sociales. Ejemplo de ello lo evidenciamos con el movimiento que se
gestó en Valera hace más de 50 años.
Y
es que la danza y el ballet para complementar las manifestaciones del espíritu
aposentadas en la urbe de la Siete
Colinas, fue floreciendo en esta ciudad
como manojo de flores primaverales por virtud de una mujer que se entregó en
cuerpo, alma y corazón a edificar un movimientos que de a poco y con mucho esfuerzo y
sacrificio fue tomado notoriedad y estatus, un ser que entrego su talento en
favor de la formación de excelentes discípulos que posteriormente fueron
consolidando el legado que dejó, hablamos de la señora GLADYS MOTA, Hoy
Historias de Vida le recuerda al
conmemorarse 40 años de su fallecimiento.
Sembró el amor por la danza y el ballet
Gladys Alicia Gutiérrez de Mota nacida el 18 de diciembre de 1952, la tercera de tres hermanos del matrimonio formado entre Heriberto Gutiérrez y Margarita Ruiz, fue una valerana con la fibra fiel heredera del arte cuica, quien se ligó a los paisajes y al frescor. Y por esa levedad, ese rumor musical del viento que baja de las montañas y colinas que rodean la ciudad, sintió la comunicación y la inspiración de hacer flotar desde niña su cuerpo, ahondándose en su intimidad el pensamiento de llegar a ser bailarina, meta que tras labores arduas, estudios, abnegación y sacrificio coronaría como premio a su constancia y perseverancia. Con el pasar de los años todo ese aprendizaje lo transformó en clase magistrales para la enseñanza de la Danza en su amada ciudad de Valera. La Danza se convirtió en algo novedoso en el sentir popular de nuestra tierra, y Gladys Mota fue su pionera.
A
40 de su ausencia, la memoria de la ciudad, rememora la cantidad de veces que
supo acompañara las grandes veladas por
la cultura popular.
De
Gladys Mota se recuerda, su empeño y perseverancia por difundir las creaciones
artísticas de nuestro pueblo hacia los sectores más desposeídos y olvidados de
nuestra región.
Sin
ayuda ni apoyo, se dedicó a sembrar en
la juventud el amor por las danzas y el folklor, y lo logró. Hoy son muchos los
que siguieron su ejemplo, pero
lamentablemente se marchó, en el momento en que más se necesitaba su
solidaridad humana.
Fue
una verdadera artista de vocación, y lo más importante no guardaba el arte para
sí. Por eso fue que a lo largo de su vida dejó una gran cantidad de alumnos que
fielmente han seguido sus pasos. Compartía sus conocimientos sin mezquindad
porque en el fondo era tan niña como esas niñas a quienes enseñaba.
A
pesar de sus innumerables éxitos artísticos nunca se vio en ella rasgos de
prepotencia y soberbia, al contrario fue
humilde, sencilla, comunicativa y sobre todo valiente.
Gladys
Mota demostró su valentía cuando le tocó
denunciar que en nuestro estado los gobernantes tenían abandonado la
cultura popular. Mujer valiente para
quitarle la máscara a tanto politiquero y demagogo que engañan a nuestro
pueblo. Valiente para luchar como mujer
en una sociedad injusta y deshumanizada. Fue valiente para luchar a brazo
partido por un noble ideal; La construcción del Complejo Cultural para Valera.
En
ese año de 1969, cuando Gladys Mota retorna a Valera lo hace acompañada de la
profesora Ana de Marchandi, quien era la profesora de música del Grupo Escolar “Eloísa
Fonseca”, donde comenzó su actividades como instructora de danza y ballet en un local ubicado en la calle 9
entre avenidas 10 y 11.
De
Gladys Mota una mujer criada y formada entre La Ciénega, Las Delicias y Lasso
de La Vega, jamás se podrá olvidar su extraordinaria solidaridad humana, el amor
por los más débiles y humildes, jamás se olvidará la belleza espiritual que para siempre sembró
en nuestro pueblo. En el año de 1981 fue designada por la Cámara Junior Caribay
como “La Mujer Trujillana del Año”, una distinción que se le otorga gracia al
trabajo dedicado y tesonero que realizó en favor las artes populares.
Mujer de grandes ideales
Gladys Mota sabía, que el trabajo que comenzó en 1969 con la cátedra de Danza en la Escuela de Música Laudelino Mejía, tarde o temprano tendría su recompensa, sabía que esa lucha contante por sus sueños, proyectos y metas se cristalizarían. Su espirito positivo, su palabra de estímulo se convirtieron en parte de sus ideales con los cuales sus discípulos continuaron su legado en diferentes frentes, pero con el mismo objetivo: hacer que la Danza y el folklore se convirtiera en esencia viva de este pueblo.
Factor de inspiración
Es indiscutible que, el estado Trujillo, y específicamente la ciudad de Valera, es una cuna de extraordinarios talentos de ese movimiento cultural. Haciendo un breve repaso, podemos mencionar nombres como los de: Auris Berrios, Marisol Urbina, Marly Bastidas, Jesús Duran, Ernesto Goliat, Egle Toro, Rosario Moreno, Edis Colmenares, Yelitza Barrera, Luis Urbina, Blanca Richax, Ilda Canyemi, Maribel Carreño, Lina Briceño, Mayra Pacheco, Liliana Antequera, Luisa Plaza, Mariluz Torres y Dayana Colmenares, entre muchos más, todo bajos la tutela de la gran maestra, Gladys Mota de quien aprendieron el amor por el arte y la danza.
Pero la producción a nivel de agrupaciones ha sido muy nutrida y fructífera y Gladys Mota ha sido factor de inspiración, entre ellos tenemos a: Danza Valera fundada en 1981 por Jesús Duran y Auris Berrios, igualmente contamos con, Danzas Caribay que conduce muy acerbamente Maribel Urbina desde el 13 de mayo de 1983, lo propio hace Luis Urbina con Danzas Fundet que se registra el 29 de octubre de 1993. También se cuenta con, Danzas Marenismar, Lina Academia, Marian Ballet, Danzas San Antonio, Red d Danza del Ministerio de Educación. Esos son alguno de los que hace mantienen activos, pero son muchos más y que se propagan por el resto de los municipios del Estado, convirtiendo a la entidad en una gran referencia de esta actividad cultural.Soñaba con grandes proyectos
Uno de los grandes proyectos que tenía Gladys Mota y por el cual trabajaba previo a su muerte, era, la creación de la Escuela de Danza, Ballet y Folklore popular, una idea que le quitaba el sueño, por el cual se desvivía y que le daba fuerza en su empeño de convertir a Valera en un gran enciente del arte cultural a través del ballet y la daza.
La
profesora Gladys Mota fue, una persona
humanista e integral. Mujer trabajadora en beneficio de la cultura,
siempre le recuerda y se le mantiene presente. Fue guía para muchos.
De su primer matrimonio procreo tres hijo, José Antonio, Luis y Gioconda. Ese 4 de abril de 1982, la ciudad de Valera perdía a una gran hija, a un ser que con apenas 30 años tenía toda una vida llena de sueños por cristalizar.
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